La consagración a San José es un acto espiritual en el que una persona se encomienda a la protección y guía de San José, el esposo de la Virgen María y padre terrenal del Niño Jesús. 

Esta consagración implica un compromiso de imitar sus virtudes, como la humildad, la obediencia, la castidad y el trabajo diligente, además de buscar su intercesión en la vida diaria.

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¿Por qué consagrarse a San José?

1. Modelo de paternidad y masculinidad: San José es un ejemplo de padre amoroso, esposo fiel y trabajador honrado.

2. Protector de la Iglesia y las familias: Se le considera el guardián de la Iglesia y de todos los fieles, especialmente las familias y los trabajadores.

3. Crecimiento espiritual: Consagrarse a él ayuda a profundizar en la fe, confiando en su intercesión para acercarse más a Jesús y a María.

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¿Cómo se realiza la consagración?

Generalmente, sigue un proceso de preparación, como una serie de meditaciones y oraciones diarias durante 30 días, inspirado por el Hermano San Agustín del Divino Corazón.

Al final del período de preparación, se realiza un acto formal de consagración con una oración especial, entregándose espiritualmente a la guía y protección de San José.

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Beneficios espirituales

• Mayor confianza en Dios y en su providencia.

• Fortaleza en la fe y en la vida familiar.

• Paz y seguridad en momentos de dificultad.